Cómo Influye el Estilo de Vida del Niño en su Tratamiento de Ortodoncia
El deporte que practica, la manera en la que respira o sus hábitos diarios pueden cambiar por completo la planificación de un tratamiento de ortodoncia infantil. Cada niño crece de forma distinta y su día a día influye en la elección del aparato, en la duración del tratamiento y en la comodidad con la que lo vive.
A continuación, se explica cómo el estilo de vida determina las decisiones clínicas y por qué personalizar cada caso es esencial.
Niños Deportistas: Resistencia, Protección y Estabilidad
Deportes de Contacto
Fútbol, baloncesto o artes marciales exponen la boca a impactos constantes. En estos pacientes se requiere:
Aparatología removible
Sistemas compatibles con protectores bucales.
Revisiones frecuentes para prevenir roturas.
Evitar aparatología que pueda engancharse o ser punzante
Un tratamiento no adaptado puede generar lesiones y retrasos en la corrección.
Deportes con Alta Demanda Respiratoria
Natación, atletismo o ciclismo dependen de una respiración nasal eficiente. Si el niño respira por la boca, se trabaja en:
Expansión del paladar.
Equilibrio muscular.
Corrección de la posición de la lengua.
Esto mejora el rendimiento deportivo y estabiliza la mordida.
Niños Músicos: Control de Presión Oral y Postura
Instrumentos de Viento
Clarinete, saxofón o trompeta ejercen presión constante sobre labios y dientes. Para evitar molestias se recomiendan:
Fuerzas más suaves.
Aparatos de bajo perfil con movimientos suaves.
Técnicas para reducir la presión en el labio.
Sin adaptación es común que aparezcan heridas o rechazo al tratamiento.
Instrumentos sin Contacto Oral
Violín, guitarra o piano no interfieren directamente en la boca, pero sí en la postura cervical. Adelantar la cabeza modifica la posición mandibular.
El tratamiento debe considerar:
Control postural.
Estabilidad mandibular.
Equilibrio muscular facial.
Niños con Respiración Bucal o Ronquido
La respiración bucal altera el crecimiento facial, afecta al paladar, a la lengua y a la mordida. Es necesario:
Mejorar la vía aérea.
Reposicionar la lengua.
Ensanchar el paladar cuando corresponde.
Normalizar la función respiratoria es clave para lograr resultados estables.
Niños con Hábitos Orales: Dedo, Lengua u Objetos
Hábitos como succionar el dedo, empujar la lengua o morder ropa influyen más que la genética en el crecimiento facial. Incluso con dientes alineados pueden deformar los huesos.
Lo prioritario es:
Eliminar el hábito.
Reeducar la función oral.
Evitar recaídas antes de mover dientes.
Niños con Rutinas de Estudio o Pantallas
Muchos niños aprietan la mandíbula al concentrarse. Este bruxismo infantil provoca:
Desgaste dental.
Tensiones musculares.
Movimientos no deseados.
Se recomienda:
Aplicar fuerzas más controladas.
Vigilar la articulación temporomandibular.
Utilizar sistemas resistentes al apretamiento nocturno.
Niños Muy Activos vs. Niños Tranquilos
Perfiles Muy Activos
Pierden aparatos con facilidad y rompen piezas. Necesitan:
Aparatología fija.
Sistemas robustos.
Revisiones más frecuentes.
Perfiles Tranquilos y Organizados
Mantienen rutinas y cuidan mejor los aparatos removibles. Sus beneficios:
Movimientos controlados.
Menos incidencias.
Mayor comodidad y precisión.
Beneficios de Adaptar la Ortodoncia al Estilo de Vida
Menos roturas.
Mayor comodidad.
Resultados más rápidos.
Mejor colaboración del niño.
Correcciones estables.
Tratamiento seguro y predecible.
En conclusión, el tratamiento de ortodoncia en niños funciona mejor cuando se adapta a su estilo de vida, porque el deporte, la música, la forma de respirar y otros hábitos condicionan el tipo de aparato y su rendimiento. Ajustar el plan a sus rutinas reduce molestias, evita roturas y previene retrasos, y por eso cada niño necesita una estrategia personalizada que encaje con sus actividades diarias.
Agenda tu cita con nuestros especialistas y descubre qué tipo de tratamiento se adapta mejor a tus niños.
Preguntas frecuentes
-
Sí. Los deportes de contacto requieren aparatos resistentes y compatibles con protectores bucales.
-
No siempre. Los instrumentos de viento necesitan aparatos cómodos y de bajo perfil para no provocar heridas.
-
Mucho. Puede estrechar el paladar, cambiar la mordida y reducir la estabilidad del tratamiento.
-
El bruxismo infantil puede frenar el tratamiento y dañar la aparatología, por lo que se deben emplear fuerzas controladas y sistemas resistentes.